La opa del BBVA sobre el Sabadell: una oferta mejorable y un plan de futuro por aclarar

Si la opa llegara a tramitarse, los expertos recomiendan a los minoritarios del Sabadell "esperar" antes de vender al ver recorrido a la entidad en Bolsa "por su buena gestión". Temen un deterioro de las condiciones para los clientes debido al elevado grado de concentración financiera
Interior del palacio de la Bolsa, en Madrid. Europa Press
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La ofensiva del BBVA cogió este jueves a los analistas con el pie cambiado y pocos son los que se atreven a pronosticar lo que puede suceder en el largo proceso que arranca ahora y en el que la CNMV, el BCE, el Banco de España, la CNMC y el propio Gobierno deberán analizar los entresijos de la operación. Son muchas las voces que en los últimos días apuntaron que la entidad que pilota Carlos Torres debería mejorar su propuesta, poniendo sobre la mesa efectivo aparte del canje de acciones.

"La oferta que el BBVA hace por el Sabadell es baja. Está por debajo de su valor contable", señaló este jueves en declaraciones a AGN el presidente del Centro de Estudios Superiores y Universitarios de Galicia (Cesuga), Venancio Salcines.

El economista, que no ve claro en qué sentido podrían inclinarse los fondos de inversión, señala que lo recomendable para los accionistas minoritarios del Sabadell es no precipitarse ante la oferta del BBVA y "esperar". A su juicio, la acción de la entidad catalana tiene recorrido al alza debido a que ha demostrado gozar de "una buena gestión y unos buenos resultados" tras cerrar el primer trimestre con un beneficio récord de 308 millones y una rentabilidad Rote que ha subido hasta el 12,2%.

A su entender, el nivel todavía elevado de los tipos de interés puede contribuir a que el banco siga mejorando sus márgenes de negocio a lo largo de este año y el próximo, lo que incidirá en la cotización. Los expertos esperan que las reducidas rebajas del precio del dinero que el BCE comenzará a aplicar a partir de junio no tensionarán a la baja las cuentas de los bancos al menos hasta 2026.

Pese a estar convencido de que el BBVA debería mejorar su oferta, Salcines justifica las prisas de la entidad precisamente por el hecho de que no le conviene que el reloj siga corriendo. "Si la cuenta de resultados del Sabadell crece más, más dividendo y el valor seguirá subiendo. Si el BBVA lo hace dentro de un año tocará pagar mucho más", constata el presidente de Cesuga, que ve lógico el rechazo del Gobierno por su deber de "velar por que haya más competencia".

En este punto coincide Javier Cabrera, analista de XTB, que apunta que si la opa sale adelante "entre las tres primeras entidades" españolas "la cuota de mercado de préstamos pasaría del 56 al 64%, "lo que podría implicar un deterioro en las condiciones ofrecidas a los clientes y una importante disminución de la competencia". El experto recuerda, además, que la remuneración de los depósitos en España "sigue siendo de las más bajas de Europa".

Entre las incógnitas de la ecuación que quedan por despejar, Venancio Salcines señala que falta que el BBVA aclare "qué va a hacer con el Sabadell". Las fortalezas de la entidad con sede social en Bilbao son la banca comercial, la tecnología y el negocio 'corporate', de grandes empresas. En cambio, "es débil en pymes", uno de los fuertes del Sabadell. A juicio del experto, el mercado intuye que, con la absorción, el BBVA "anulará la cultura del Sabadell para imponer la suya propia".

Un país con poca tradición de opas hostiles

En cuanto a las formas, España tiene muy poca tradición de opas hostiles. La última en el sector bancario fue la que lanzó el Banco de Bilbao sobre Banesto en 1987. Fracasó pese a contar con el aval de Gobierno de Felipe González y del Banco de España, y acabó con el desembarco de Mario Conde en la presidencia, un cargo desde el que convenció a los accionistas para no vender.

En el sector energético, la oferta que Gas Natural presentó para hacerse con Endesa en 2005 desató una batalla. Hubo cruce de ofertas de la alemana E.ON., de Acciona y la italiana Enel. Estas dos últimas se impusieron, aunque años más tarde el grupo constructor salió a cambio de hacerse con el negocio de renovables de Endesa. Hoy, Enel controla el 70% del capital.

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