Margarina, huevos y Corn Flakes protagonizaron la primera compra online realizada en el mundo. Fue en 1984, cuando una inglesa de 72 años hizo desde su casa un pedido a la cadena de supermercados Tesco que pasaría a la historia. ¿Cómo? A través de su televisor y gracias a la invención de Michael Aldrich, quien a finales de los 70 logró conectar una tele a un ordenador a través de la línea telefónica, un sistema que puso los cimientos del ecommerce.
Más de cuatro décadas después, las adquisiciones a golpe de clic son de lo más común. En España se ejecutan cada hora más de 170.000 transacciones por internet, tanto dentro del país, como con el exterior o desde el extranjero, lo que supone más de 4 millones de operaciones de media al día. Hace una década, apenas se superan las 600.000 por jornada. El aumento ha sido exponencial. Y continúa.
Esto hace que las compras a través de la red de redes muevan cada vez más dinero. Si en 2022 fueron 72.400 millones de euros de acuerdo con los datos de la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia (CNMC), en 2023 —a falta de sumar el balance del cuarto trimestre— serán más, pudiendo rebasar la barrera de los 80.000 millones. Solo cinco años atrás, la facturación del comercio electrónico en España apenas superaba los 39.000 millones, por lo que en este tiempo se ha más de duplicado.
Las ramas de actividad que más ingresos obtienen por las transacciones online son las agencias de viajes y operadores turísticos, seguidos del transporte aéreo y los negocios de ropa. Sin embargo, si lo que se analiza es el número de operaciones ganan la venta de billetes de tren y bus, los juegos de azar y las apuestas y los restaurantes, con la fiebre de los pedidos a domicilio.
Aunque hay quien todavía prefiere ver, tocar y probar el producto en las tiendas físicas o se resiste a dejarse llevar por la corriente del ecommerce para apoyar los negocios tradicionales, muchos no cambian por nada eso de comprar desde su portátil o smartphone y recibir el paquete en casa en cuestión de horas o pocos días.
Hay quien apunta a la venta por catálogo como la precursora del canal online. Muchos recordarán la empresa Venca, a la que la revolución tecnológica y los cambios en los hábitos de consumo abocaron a pasarse a la red y que ahora está en concurso de acreedores. Los años 90 fueron también los del auge de la teletienda: tanto te ofrecían una juego de cuchillos japoneses que cortaban tuberías como una batamanta, un colchón o aparatos para conseguir abdominales sin moverse del sofá.
Son fórmulas a las que el ecommerce fue comiendo terreno tras su gran estallido también en la década de los 90. El PC ya existía —el primero fue el mítico IBM, que se puso a la venta en agosto de 1982—; el ADSL marcó un antes y un después en la calidad de la señal y trajo la primera tarifa plana; comenzaron a procesarse datos de tarjetas bancarias para realizar pagos; y nacieron plataformas como eBay y Amazon, ambas en 1995 y con nombres distintos. Esta última fue en su origen Cadabra, una librería online convertida en gigante del comercio electrónico. Hoy tiene de todo, o casi.
Entre las compañías pioneras en la venta en línea en España está El Corte Inglés, primero como el supermercado y más adelante con la moda. También Pc Componentes con su tienda de informática. Ambas están en el 'top five' de empresas que más pedidos online reciben en España, en un ranking que encabezan Amazon y AliExpress.
Las empresas del país están por encima de la media europea en todos los indicadores de comercio electrónico, según el Observatorio Nacional de Tecnología y Sociedad. No así las compras de la ciudadanía, aunque en torno al 73% de la población ya ha usado este canal, que crece como la espuma.
