Soltar a los perros en invierno en las playas, una costumbre que puede salir muy cara

La Policía Local de Vigo multó a ocho propietarios de perros por pasearlos por Samil sin correa. La ley estatal es clara al respecto: cualquier can solo podrá ir suelto en zonas exclusivamente habilitadas para ello. Pero después, cada comunidad autónoma o ayuntamiento puede matizar esa norma. 
Perros en una playa. PIXABAY
photo_camera Perros en una playa. PIXABAY

La Policía Local de Vigo tramitó denuncias contra ocho propietarios de perros que llevaban a los animales sueltos por la playa de Samil, una costumbre habitual entre los dueños de mascotas fuera del periodo estival que puede salir muy cara –hasta 10.000 euros en caso extremo–, ya que no es legal en todos los sitios ni circunstancias.

El caso de Vigo, con ocho multas por esta causa, aireó nuevamente una polémica que nunca acaba. Lo que argumentaron los sancionados de Vigo es que entendían que podían llevar a los canes sueltos por estar fuera de período estival, una creencia popular muy extendida pero que no es cierta y que la Policía Local atribuye a una "confusión" bastante frecuente.

Y es que, aunque todos asumen que entre el 1 de junio y el 30 de septiembre, en pleno auge vacacional, está vetada la entrada de perros sueltos a las playas, esa prohibición también existe el resto del año, por sorprendente que pueda parecer.

Como cada normativa municipal es distinta, lo mejor para evitar sustos o confusiones es consultar en el Ayuntamiento

De hecho, la polémica ley de bienestar animal aprobada en 2023 es incluso más restrictiva: todos los perros deben estar atados mediante una correa cuando se encuentren en espacios públicos, con la única excepción de los parques de perros vallados. Para los perros de raza potencialmente peligrosa (PPP) el control es todavía superior: siempre con bozal. Bajo esta premisa, ningún perro podría andar libremente por las playas fuera de la época de baño, pero tampoco por el monte, por ejemplo, otra práctica común entre los dueños de mascotas y que se trata de idéntico supuesto.

DECIDE CADA CONCELLO. La cuestión es que, aunque existe una ley estatal, cada autonomía o Concello puede matizarla, por lo que la única forma de evitar un susto y una multa es consultar a fondo la normativa municipal sobre tenencia de mascotas.

En el caso de Vigo, fuera del período estival está permitido pasear a los perros por la playa, pero siempre atados con la correa. Entre el 1 de junio y el 30 de septiembre, por contra, está totalmente prohibida la permanencia y circulación de perros por los arenales de la ciudad, a excepción de las playas de Foz y Calzoa, especialmente habilitadas para las mascotas, una práctica, la de habilitar playas para perros, cada vez más común, como ocurre con los parques especiales para mascotas que poco a poco ganan terreno en las ciudades y villas grandes.

Y mientras Vigo es restrictivo con los perros sueltos, el Concello de Santiago es más laxo, como ejemplo de esa heterogeneidad de normas. Permite a los perros ir sueltos por el monte, en concreto cuando "circulen fóra dos núcleos urbanos por terreos agrícolas ou forestais sempre que non concorra a presenza de terceiras persoas".

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