Vieites: "Formar a migrantes para que luego se vayan no es lo que necesitan las empresas"

Con 150.000 vacantes de empleo por cubrir en España, el presidente de la Confederación de Empresarios de Galicia, Juan Manuel Vieites, incide en que hacen falta trabajadores "fidelizados" y que tengan un horizonte temporal "largo"
Juan Manuel Vieites, presidente de la CEG
photo_camera Juan Manuel Vieites, presidente de la CEG

Con las pilas cargadas "con el salitre que entra en vena" al disfrutar este verano del mar en Baiona, el presidente de la Confederación de Empresarios de Galicia (CEG), Juan Manuel Vieites (Vigo, 1952), enfila la recta final del mandato de cuatro años que emprendió en enero de 2021 tras ser elegido con el reto de reconstruir el maltrecho papel de interlocutor social de una patronal hundida en la insignificancia.

Con la agenda cargada, pues en las próximas semanas toca abordar las problemáticas del complejo mar-industria, abrir nuevas vías de negocio con Polonia y analizar medidas adicionales para adecuar la formación de los trabajadores a lo que requieren las empresas, además de viajar a Bruselas para buscar apoyo para nuevos proyectos industriales, este doctor en Químicas que durante más de 30 años pilotó la patronal conservera Anfaco reflexiona sobre los desafíos que se vislumbran en el horizonte.

Ponemos fin a un verano que no ha estado mal para el empleo, con Galicia rozando las cifras de afiliación récord de julio de 2008. ¿Cómo se presenta el último cuadrimestre?
Las perspectivas del mercado laboral para los próximos meses están influenciadas por factores económicos, sociales y políticos. A nivel nacional, se espera un crecimiento económico moderado, impulsado por la mejora del turismo, el consumo interno y la inversión. Sin embargo, podría estar limitado por la inflación o el aumento de los tipos de interés. También influyen la incertidumbre política y la guerra de Ucrania y sus efectos sobre los precios de la energía. El hecho de contar con un Gobierno inestable en el Estado perjudica mucho la economía y sobre todo con las ocurrencias del Ministerio de Trabajo, que cada dos por tres saca de la chistera cuestiones que perjudican al diálogo social. En Galicia, la recuperación sigue siendo desigual, con sectores como el turismo y la hostelería mostrando signos de recuperación más fuertes, mientras la industria y la construcción afrontan desafíos. Se espera que la tasa de desempleo continúe descendiendo, aunque a un ritmo más lento que en años anteriores.

¿Debido a qué?
El mercado laboral sigue mostrando cierta rigidez, especialmente en sectores tradicionales como la agricultura y la manufactura, que afrontan dificultades para adaptarse a la digitalización y la automatización. Se trata de adaptarnos a lo que pide la UE: una economía más verde, circular, digitalizada y focalizada en las personas. En cuanto a la contratación, creo que la temporal seguirá predominando en el turismo, la agricultura y la hostelería, pese a que las recientes reformas laborales buscan fomentar puestos más estables. En paralelo, hay muchas empresas de sectores tecnológicos y especializados que reportan dificultades para encontrar talento, lo que puede llevar a un aumento de la competencia por los profesionales cualificados y requiere una mayor inversión en formación.

Siguiendo el mandato de la reforma laboral de 2021, en enero toca que los agentes sociales revisen si se ha cumplido con la reducción de la temporalidad. ¿Cree que harán falta medidas adicionales?
Creo que sí. Tal como se ha desarrollado desde el Ministerio de Trabajo la operativa de poner en vigor todas estas normativas, tendremos que revisarlas, ir al Acuerdo para el Empleo y la Negociación Colectiva para que trabajadores y empresas lleguen a un pacto adecuado. España tiene un absentismo laboral importantísimo y una productividad muy baja. Tenemos que modificar esta situación.

Las estadísticas indican que el absentismo va a peor. Faltan medidas por parte de empresas y administraciones para combatir un fenómeno que, en muchos casos, tiene que ver con la salud mental de los trabajadores...
Efectivamente. En el momento actual, por parte de sindicatos y la CEOE no se está llevando a cabo un diálogo social permanente y constructivo para estudiar esas situaciones. Entre todos tenemos que buscar que las medidas sean eficaces. Somos los campeones de la UE en absentismo laboral. Hay que volver a las fórmulas de esfuerzo y trabajo y no estar esperando la ‘paguita’. Algunos están inmersos en esa dinámica y eso perjudica mucho a la economía española.

Entre las primeras reformas que el ministerio quiere impulsar tras el parón estival figura reducir la jornada laboral de 40 a 37,5 horas semanales en 2025. ¿Será posible ver a la CEOE en la foto del acuerdo con Yolanda Díaz y los sindicatos?
La CEOE sigue negociando y no se ha levantado de la mesa. Otra cosa es que por parte del ministerio se quiera imponer de manera unilateral algunas cuestiones que perjudican enormemente a la empresa y no se quiera ver el problema de manera global.

España es campeona en absentismo en la UE. Hay que volver a la fórmula del esfuerzo y no estar esperando la 'paguita'

¿En qué sentido?
Me refiero a ver lo que pasa con el absentismo o la productividad. Necesitamos buscar acuerdos con un impacto laboral satisfactorio. Además, tenemos que casar la oferta y la demanda, pues en Galicia tenemos unos 118.000 desempleados y las empresas necesitan, como mínimo, 15.000 trabajadores. A esto se suma que hay una migración de jóvenes hacia otras partes de España y Europa, lo que podría dificultar la reposición de trabajadores en algunos sectores. De otro lado, la elevada inflación puede llevar a un aumento de la demanda de salarios más elevados. Entonces, las empresas deberán equilibrar estos costes para mantenerse competitivas en un entorno económico incierto. La propuesta de implantar la semana laboral de cuatro días ha sido objeto de un intenso debate. Creo que no se puede hacer de manera general porque el impacto en la productividad puede ser muy grande. Aunque se argumenta que una jornada más corta puede aumentar la productividad, yo creo que solo se elevará con la inteligencia artificial. Algunos estudios en países como Islandia y en empresas españolas que implantaron la jornada de cuatro días muestran resultados positivos, pero no en todos los sectores se pueden generar. Muchas empresas temen que, sin una compensación adecuada en términos de productividad, su rendimiento y competitividad se verá afectada negativamente. Además, no nos olvidemos de que estamos en un mercado global.

¿En qué sectores no ven un encaje?
Hay actividades en las que el tiempo de trabajo es crítico, como el comercio, el agro, la industria manufacturera o los servicios al cliente. Y no nos olvidemos de los autónomos. Los costes laborales derivados son una de las principales preocupaciones. Si la reducción de la jornada no va acompañada de una reducción proporcional de los salarios, las empresas podrían afrontar mayores costes operativos. Es especialmente preocupante para las pymes, que tienen menos margen financiero para absorber costes adicionales. Hay sectores en los que es esencial mantener un nivel constante de producción o servicio que podrían verse obligados a contratar personal adicional para cubrir las horas que se pierden con la reducción de jornada o que tendrían que cerrar antes, lo que reduciría su productividad. Por eso pedimos flexibilidad y adaptación, con la posibilidad de incluir modelos híbridos o de adaptar la medida a algunos departamentos o empleados. En términos de competitividad, las empresas que logren implementar con éxito la reducción de jornada podrían atraer talento. Proyecta una imagen innovadora y comprometida con el bienestar de los trabajadores. Pero los competidores no están sujetos a las mismas restricciones en sus empresas, lo que supone una desventaja en los mercados internacionales. Veremos hasta donde podemos llegar en ese diálogo permanente y constructivo. Hay que buscar un equilibrio entre la mejora de las condiciones laborales y la sostenibilidad económica de la empresa. No hay una varita mágica.

Los costes operativos podrían crecer si la reducción de la jornada no se acompaña de una rebaja proporcional de los salarios

En su gira africana, el presidente del Gobierno ha propuesto contratar a migrantes en sus países de origen para que trabajen de forma estacional en España y luego regresen a sus países. ¿Cómo lo ve?
Ocurrencias por las cuales los migrantes vengan a formarse y luego se vayan a su país no son lo que necesita la empresa española. En algún caso excepcional puede ser beneficioso, pero no de manera general. Necesitamos trabajadores con un horizonte temporal largo, fidelizados a las empresas y con la capacitación adecuada para tener la productividad y competitividad necesarias en un mercado global. Debemos ser más rigurosos con las propuestas. En algunos casos, se podría hacer para desarrollar el país de origen, pero de manera general España necesita mano de obra y crear empleo de calidad.

"La CEG goza de buena salud. El empresariado gallego está donde merece
 

A la espera de ver si el Gobierno central logra apoyos suficientes para sacar adelante los presupuestos de 2025, la Xunta aprobó el techo de gasto en julio y perfila los orzamentos. ¿Qué esperan de esas cuentas?
Los empresarios pedimos, sobre todo, simplificación, agilización, reducción de los tiempos de espera y mayor eficiencia en la gestión de permisos, además de incentivos fiscales y financieros. En estos momentos, hay un parón de nuevos proyectos de renovables en Galicia, que históricamente ha sido líder en producción eólica. Eso se debe a la complejidad burocrática, la falta de coordinación entre administraciones y a ciertos conflictos ambientales. Estamos desaprovechando el enorme potencial que tenemos en eólica marina y terrestre. Esto tiene un impacto en la producción de energía, el empleo, en la actividad económica asociada a la construcción y mantenimiento de los parques y la innovación tecnológica. Nos preocupa este parón y demandamos una respuesta inmediata a través de la agilización de los trámites, certidumbres regulatorias y mayores incentivos para reactivar el sector. De otro lado, está la ejecución de los fondos Next Generation, que avanza a un ritmo muy moderado. Hemos criticado la lentitud en el desembolso y la excesiva burocracia. En cuanto a la financiación, las pymes demandan mayor facilidad de acceso y transparencia. Desde la CEG solicitamos que los fondos se orienten más a sectores estratégicos en los que Galicia tiene gran potencial de crecimiento, como las renovables, la industria agroalimentaria y la digitalización.

Con su elección en enero de 2021 como presidente, la CEG recobró peso institucional al sofocar las luchas internas. ¿Optará a un nuevo mandato en enero?
Eso dependerá de las organizaciones provinciales y sectoriales miembros de la confederación. Se ha hecho un buen trabajo, intentando entre todos, con el comité ejecutivo, la junta directiva y la asamblea general, avanzar de manera importante para poner al empresariado gallego donde se merece. Es un empresariado muy importante a nivel del Estado, que defiende siempre crear riqueza y empleo en el territorio gallego. Somos la solución y no el problema. Entre todos conseguimos realzar la imagen de la CEG, que llevaba unos años con bastantes problemáticas. Desde el punto de vista económico y financiero se han arreglado asuntos que arrastrábamos desde el año 1996, lo que hace que la CEG goce de buena salud. Y hemos logrado unión, además, con la entrada como asesoras del presidente de empresas muy distinguidas como Inditex, Nueva Pescanova o Abanca. Conseguimos crear una colaboración público-privada de primer nivel con las administraciones gallega y estatal para crear riqueza y empleo en Galicia. Todo ello desde la unión de todos.

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