De las 91 víctimas mortales que se cobraron el año pasado las vías gallegas, 45 habían consumido alcohol, drogas o psicofármacos —bien por separado o combinados— en las horas previas a dejar sus vidas en la carretera.
Es decir, la mitad de los fallecidos iban bajo la influencia de alguna sustancia psicoactiva, un alarmante dato que acaba de hacer público el Ministerio de Justicia y que no hace sino refrendar la sempiterna advertencia de la Guardia Civil de Tráfico: alcohol y drogas son incompatibles con la conducción y siguen siendo la principal causa de siniestralidad junto a la velocidad excesiva.
Con todo, hay un oasis en la estadística gallega: Lugo. La provincia se desmarca de la tendencia autonómica, ya que de las 17 víctimas que perdieron la vida en sus carreteras, 6 dieron positivo en alguna sustancia. Son prácticamente la mitad de los 11 que iban sobrios, una proporción que no se da en ninguna otra provincia gallega y en muy pocas a nivel estatal, en un conjunto nacional donde las víctimas que dieron positivo suponen el 53%, más que en Galicia —con un 49,5%—.
En contraposición a Lugo, en A Coruña 15 víctimas habían consumido alguna sustancia psicoactiva por 11 que no, de un total de 26. Y en Ourense la proporción de positivos todavía es más amplia: 12 frente a 8, esto es, un 60% de la veintena de fallecidos en accidente de tráfico habían tomado previamente alcohol, drogas o psicofármacos, uno de los porcentajes más elevados del Estado.
En Pontevedra, la provincia donde más fallecidos en carretera hubo que lamentar el año pasado, 28, el porcentaje se aproximó al de Lugo, con un 57% de negativos: 16 víctimas iban sobrias, frente a una docena que no.
¿Más alcohol o drogas?
Pese al progresivo incremento de positivos en estupefacientes en los últimos años —motivado también por la generalización de los narcotest a pie de carretera—, el alcohol sigue predominando como sustancia más presente entre las víctimas de tráfico: 32 de los 45 positivos en fallecidos el año pasado en Galicia fueron por alcohol, mientras que 12 indicaron toma de psicofármacos y 11, drogas.
En una decena de casos, el consumo fue combinado, con una víctima que arrojó positivo en tres elementos psicoactivos distintos: alcohol, droga y psicofármacos.
El paradigma del predominio de las bebidas espirituosas sobre otras sustancias es Lugo, donde los seis fallecidos que dieron positivo lo hicieron en alcohol. Ninguno en drogas ni en psicofármacos.
En A Coruña y Pontevedra sí hubo casos de drogas, aunque inferiores a los que presentaban signos etílicos. No ocurre lo mismo en Ourense, el caso más singular en este sentido: fueron detectados 8 positivos en psicofármacos entre las víctimas frente a 5 e alcohol.
La edad de las víctimas alarma en Lugo
Dejando de lado los informes toxicológicos, la estadística del Ministerio de Justicia deja un dato sobrecogedor en la provincia de Lugo: la edad media de los 17 fallecidos en carretera el año pasado fue de 32 años. Una cifra alarmantemente baja sin parangón en la comunidad —con una media de 53 años rebajada precisamente por Lugo— ni en el conjunto estatal, con un promedio de 48 años.
