En 2018, un total de 3.289 personas se graduaron en la Universidade de Santiago (USC). Transcurridos cuatro años desde entonces, el 74,2% estaba dado de alta en la Seguridad Social. En las universidades de Vigo (UVigo) y A Coruña (UDC), estas tasas de afiliación incluso son ligeramente superiores: estaba cotizando el 76,3% de sus 2.406 titulados de ese año y el 78,2% de sus 2.317 egresados, respectivamente. En definitiva, tres de cada cuatro universitarios gallegos contaba con un empleo remunerado a los cuatro años de haber rematado los estudios.
Estos son los datos que se extraen del estudio publicado este martes por la Fundación BBVA y el Instituto Valenciano de Investigaciones Económicas (Ivie), enmarcado en el proyecto U-Ranking, y del que, no obstante, también se pueden sacar matices. Por ejemplo, que los comienzos son difíciles, teniendo en cuenta factores como el acceso sin experiencia al mercado laboral, los contratos en prácticas o la decisión de seguir con estudios de posgrado. Así, un año después de haber concluido la carrera, estaba afiliado a la Seguridad Social apenas el 39,3% de los graduados en la USC en 2018, el 54,4% de los de la UVigo y el 59,3% de los de la UDC.
Por otro lado, los estudiantes no siempre trabajan de aquello por lo que se han preparado. Cuatro años después de graduarse, uno de cada tres titulados por la universidad compostelana con empleo ocupan un puesto que no se ajustaba a su nivel de estudios, es decir, que se encuadraba dentro de un grupo laboral que no requiere titulación universitaria. Entre los de la viguesa y la coruñesa, esto le ocurría a cuatro de cada diez.
También hay disparidad en los sueldos. En el caso de los estudiantes de la USC que estaban trabajando por cuenta ajena a tiempo completo, muestran una mayor base media de cotización: 28.227 euros. Entre los de la UVigo, esta queda en 26.822 euros, que son cinco más de la que promedian los de la UDC. Eso sí, estas dos presentan más trabajadores indefinidos: el 65,5% y el 68,8%, respectivamente, frente al 50,7% de la USC.
Por campos, las tasas de afiliación más altas las consiguen en Galicia grados de ingeniería agraria, de enfermería, de fisioterapia, de matemáticas y de informática.
Los estudios que encaminan a trabajos necesariamente especializados, como los del ámbito sanitario, son los que arrojan en las universidades gallegas una mayor correlación entre tener trabajo y que este se ajuste a lo cursado, con ratios plenas o cercanas al 100% en medicina, enfermería, farmacia, fisioterapia, odontología, podología, logopedia o veterinaria. También ocurre con educación primaria o algunas ingenierías, como la electrónica, la tecnología industria o telecomunicaciones.
Las mayores bases de cotización se ven en los graduados en medicina (39.956 euros), informática (33.600) e ingeniería naval (33.400). Por encima de los 32.000 euros también aparecen enfermería, educación primaria, ingeniería mecánica e ingeniería de organización industrial.
Ventajas laborales
El estudio concluye que, en toda España, la inserción laboral de los universitarios ha mejorado en la última década, con un alza de su ocupación del 58% y una tasa de desempleo que cae del 29,2% al 12,5%. Entre 2013 y 2023 se crearon 437.000 empleos netos nuevos para jóvenes de 22 a 29 años, de los cuales el 79% fueron ocupados por universitarios. En los altamente cualificados, fueron el 91%.
