Los espantapájaros también pueden trabajar en aguas abiertas. En este caso, a diferencia de lo que ocurre en tierra, no tanto para vigilar la producción, sino para proteger a las aves.
A ello se encamina el proyecto que la Sociedad Española de Ornitología (Seo/BirdLife) ha desarrollado en colaboración con la Organización de Productores Pesqueros del Puerto de Burela para reducir las capturas accidentales en la flota de palangre de superficie.
El informe El estado de las aves en el mundo publicado por BirdLife International en 2022 advertía que las especies marinas eran las aves en mayor riesgo del mundo, ya que "el 30%" de ellas especies se consideran "globalmente amenazadas". Y, de entre todos los peligros que las acechan, el que tiene "mayor impacto" es el de las capturas accidentales de la pesca.
Cada año, mueren en todo el mundo "cientos de miles" de ejemplares tras intentan atrapar cebos o peces descartados, lo que provoca que se queden enganchados en los anzuelos o enredados en los equipos de pesca, o se golpeen contra los cables de arrastre, ahogándose. Le ocurre, sobre todo, a las pardelas, los petreles, los albatros, los fulmares y los alcatraces.
Desde la organización recalcan que las medidas de mitigación son sencillas y "pueden ser efectivas" para evitar este desastre ecológico. Pero hay que aplicarlas.
Una de ellas son las líneas espantapájaros, conocidas comúnmente en Galicia como paxareiras y, en otras latitudes, como tori-lines. Como su nombre indica, son líneas de entre 70 y 100 metros, con cintas de colores vistosos colgadas a lo largo y una boya al final para mantenerlas tensas. Se colocan en la popa de los barcos durante la largada o extensión del palangre para, con su movimiento y colorido, espantar a las aves y alejarlas de los cebos.
Seo/Birdlife las estuvo probando el año pasado junto a los armadores y patrones de embarcaciones de palangre de superficie socias de la OPP-7 Burela que pescan en el Atlántico, principalmente, pez espada y tintorera.
Por sus características, "no es una de las flotas con mayor riesgo de captura de aves", admite, pero conviene saber si el remedio funciona e ir ajustando el diseño para optimizar los resultados para poder aplicarlo "en ciertas zonas y épocas donde hay mayor presencia de aves", como ocurre del paralelo 20 hacia el sur, sobre todo frente a las costas de Brasil y Uruguay; o en el Gran Sol, sobre zonas de talud con alta productividad y puntos cercanos al litoral.
Las conclusiones extraídas son que "es la medida más eficaz", sobre todo "en situaciones de mayor riesgo", que son las que se dan si se larga entre el amanecer y el atardecer náutico, y que, asimismo, puede elaborarse "fácilmente" con materiales disponibles en los propios barcos, adaptándolas a su forma de operar.
Los espantapájaros bien pueden, pues, enrolarse en la tripulación.
Largar de noche y poner pesos
La validez de las paxareiras aumenta, además, si se combina con el calado nocturno con iluminación mínima y poniendo pesos en las brazoladas, las otras dos principales medidas que plantea Seo/Birdlife.
La primera se basa, fundamentalmente, en trabajar con menor iluminación para que las aves no detecten los cebos, para lo que se recomienda no utilizar tampoco focos en cubierta, tan solo uno pequeño con brazo articulado para enfocarlo hacia el barco y que no ilumine la línea en el mar, así como cerrar todas las compuertas excepto por la que se largue.
En cuanto a la segunda, la razón es que, cuanto más rápido se hundan los anzuelos con los cebos, menores capturas accidentales se producirán. La ONG ambiental sostiene, en base a varios proyectos de investigación, que este añadido de peso no afecta las tasas de captura de peces objetivo y, más aún, reduce la pérdida de cebo debido a las aves.
