Primer episodio en Compostela de los vigilantes de la plaza

El Concello de Santiago despliega a una decena de informadores turísticos para explicar a los visitantes las buenas prácticas necesarias para su "convivencia harmónica" con los vecinos
El grupo de informadores turísticos que actuarán en Santiago durante 45 días, este viernes en la Praza do Obradoiro. PEPE FERRÍN
photo_camera El grupo de informadores turísticos que actuarán en Santiago durante 45 días, este viernes en la Praza do Obradoiro. PEPE FERRÍN

En pareja, uniformados con chalecos blancos y dotados con tablets, el Código de Boas Prácticas Turísticas y un sonómetro. Estarán apostados en las entradas a Santiago de los caminos Francés, Portugués, Inglés y de la Vía de la Plata, así como en los principales puntos turísticos de la Zona Vella, en especial en las cuatro plazas de la catedral. Pero, a pesar de la descripción, no son agentes del orden, sino la decena de informadores que, durante 45 días, vigilarán "o equilibro e a convivencia harmónica" entre visitantes de la capital gallega y lugareños.

En pleno debate social sobre el turismo y los fodechinchos, la alcaldesa de Santiago, Goretti Sanmartín, presentó este viernes en el pazo de Raxoi a este equipo cuya actuación, prevista para estas fechas "nas que maior número de peregrinos recibe a cidade", se enmarca en la campaña Fráxil, que desarrolla el Concello con el objetivo último de "cambiar o modelo turístico" y apostar por uno basado en la "calidade", que "teña un piar na sustentabilidade, o respeto, a concienciación e a sensabilización". 

De cara ello trabajarán estas cinco parejas cuyo cometido será informar "a pé de rúa", entre las 09.00 y las 13.00 horas, a romeros, turistas y visitantes, sobre el debido respeto que merecen las personas que hacen uso de los espacios urbanos de Santiago para desarrollar su vida cotidiana.
 
Así, en su táblet tendrán disponible material para explicarles "de xeito sinxelo e ameno" las buenas prácticas que defiende la campaña municipal. Entre ellas, "a necesidade de reducir os niveis de ruido que se fan, especialmente no caso dos grandes grupos", puntualizaron desde el Ayuntamiento. Ahí entrará en juego el sonómetro, con el que podrán mostrar a los recién llegados el volumen de decibelios que van dejando a su paso, precisando que entre los 40 y 60 están en un nivel apropiado y que, si ya andan sobrepasando los 80, se considerará nocivo para el bienestar y el descanso de los vecinos.

Pero los informadores también tendrán cierto carácter de guía, dado que aconsejarán a los visitantes alternativas interesantes más allá de los típicos rincones del casco histórico, incluso con información específica sobre el Ensanche compostelano y sus encantos, como por ejemplo la bautizada como Ruta Rosaliana, que arranca en el lugar de nacimiento de la literata. Forma parte de la intención del Concello de repartir el turismo por el resto de la ciudad.

El gobierno local prepara cambios en las ordenanzas

La primera fase de la campaña Fráxil comenzó el mes pasado con el reparto de material informativo en más de un centenar de albergues de peregrinos, comercios y locales de hostelería para tratar de trasladar esos códigos de buena conducta.

En todo caso, la alcaldesa avanzó que el gobierno local "está a traballar" en cambios en las ordenanzas para que "recollan" normas de "civismo" y de "respecto patrimonial", así como para "garantir o dereito ao descanso dos veciños".

El PP lo ve una "incoherencia"

El despliegue de esta decena de informadores turísticos no convence a la oposición en Santiago. La concejala popular María Baleato proclamó que es una muestra de "incoherencia" política que el Ayuntamiento "leve barras de bar ao pé da catedral" y que, al mismo tiempo, "gaste os cartos dos veciños" en contratar personal para "repartir mapiñas" y tratar de "desconxestionar o centro histórico".